Nos levantamos con calma hoy: no tenemos el vuelo que nos llevará de regreso a Lima desde Cuzco hasta las 11h45. Nuestro alojamiento en Cuzco, el Andean Rooftop, tiene el desayuno incluido pero en un horario limitadísimo y hoy es el primer (y último) día que vamos a poder disfrutar de él: huevos revueltos, quesos, embutidos, pan y zumo recién exprimido.
A las 9h30 salimos del hotel y el primer taxi que para nos ofrece llevarnos al aeropuerto por 7 soles (unos 2€), regalado. En menos de 20 minutos estamos en la terminal. El aeropuerto es pequeñito y es fácil manejarse en él, pero las colas en el mostrador de facturación y el control de seguridad pueden ser largas.
Vuelo doméstico Cuzco-Lima
Para nuestro vuelo doméstico de Cuzco a Lima tuvimos que investigar bastante porque las grandes compañías latinoamericanas como Latam y Avianca cobran un extra a los viajeros extranjeros. Compras un billete aparentemente económico en una aerolínea conocida y fiable y te llevas la sorpresa cuando te cobran una tasa abusiva en el aeropuerto. Poca broma porque en el caso de Latam, por ejemplo, ronda los 120$. La tasa solo se aplica, evidentemente, a las tarifas más baratas y no a las categorías superiores. Sea como sea, hay que estar muy atentos a la letra pequeña.
Nosotros fuimos prevenidos y reservamos con StarPeru que, como la mayoría de compañías nacionales, aplican los mismos precios para nacionales y extranjeros. Los billetes nos salieron por 35€ cada uno.
En cuanto a escoger compañía para vuelos domésticos en Perú, no os lo penséis demasiado. Nosotros buscamos opiniones y recomendaciones y nos decantamos por StarPeru, para que al llegar al aeropuerto nos derivaran directamente al mostrador de Peruvian Airlines. Parece que, por lo menos en Cuzco, operan a la par.
Lo cierto del aeropuerto de Cuzco es que los despegues son complicados ya que, además de estar entre picos andinos, suele haber mucha niebla o viento. A la mínima que las condiciones meteorológicas son adversas, por seguridad, se retrasan los vuelos. Es una situación muy común, casi a diario. Cuando volamos nosotros el día era bien claro, pero había tan solo un poco de viento y salimos 2h más tarde de lo previsto. Por ello, os recomendamos que planifiquéis tiempo suficiente para los traslados, sobre todo si vais a enlazar con otro vuelo luego.
Traslados del aeropuerto de Lima al centro
En nuestra primera entrada de viaje a Perú ya os comentamos diversas opciones de traslado del aeropuerto al centro de Lima. Por comodidad y economía, nosotros optamos por Quick Llama, una empresa que conecta con el barrio de Miraflores. Hay dos opciones: llegar al Óvalo de Miraflores (al lado del concurrido Parque Kennedy) o traslado puerta por puerta a vuestro alojamiento. El precio por trayecto es de 15 soles (unos 4€) al Óvalo de Miraflores o de 20 soles (unos 5€) directos al alojamiento. Para esta última opción tienen ofertas especiales (por ejemplo, el precio para dos personas es de 35 soles y a partir de 3 vale 15 soles por persona).
El problema que tuvimos esta segunda vez que utilizamos Quick Llama fue el horario. Como nuestro vuelo se retrasó 2h, no llegamos a tiempo a la hora que teníamos reservada. Sin embargo, el personal es muy accesible vía Whatsapp y, en estos casos, reservan un lugar en la siguiente salida.
Los domingos hay menos frecuencias y tuvimos que esperar 1h15, que aprovechamos para comer en la sucursal de La Lucha en la terminal. Esta sandwichería, que ya probamos en Miraflores en nuestro primer día en Lima, es muy recomendable: sus bocadillos son realmente espectaculares y no os los podéis perder. De hecho, cuando vimos que tenía también un local en el aeropuerto nos alegró la espera del transporte.
Dónde alojarse en Lima con presupuesto mochilero
A las 15h, finalmente llega puntual la furgoneta de Quick Llama y en media horita estamos en nuestro alojamiento. La última noche de nuestra estancia en Perú pernoctamos en una habitación privada en un hostal de Miraflores, muy cercano al Airbnb de los primeros días (prácticamente doblando la esquina). Se llama La Casa del Mochilero. Desde fuera daba un poco de grimilla y tenía aspecto a cutre, pero la habitación era tirando a normal, todo muy limpio y era lo que necesitábamos para una noche corta, ya que la furgoneta de Quick Llama nos recogía a las 5h40 para llevarnos al aeropuerto. Pagamos 17€ los dos esa noche.
Circuito de playas
La idea que teníamos para esta tarde en Lima era recorrer parte del Circuito de Playas, como se conocen las avenidas que bordean el mar sobre los famosos acantilados de Lima. En un principio, queríamos salir de Miraflores y llegar al barrio bohemio de Barranco, que ya visitamos en nuestro segundo díay al que queríamos volver por el buen ambiente del lugar. No obstante, como el avión se retrasó y ya no teníamos tanto tiempo, solo hicimos el recorrido hasta el centro comercial Larcomar y luego dimos media vuelta cuando ya había oscurecido.
El Circuito de Playas es un paseo tranquilo en el que podréis ver los escarpados acantilados de la costa de la capital.
En el invierno austral el cielo limeño está siempre cubierto de nubarrones. Aún así, hoy algunos rayos de sol atraviesan la permanente capa gris e iluminan a los atrevidos que hacen parapente sobre la costa, una actividad muy popular en esta zona de Lima.
Un poco más allá, llegamos al Parque del Amor, una plazoleta decorada con mosaicos de colores y mensajes y citas literarias referidas al amor.
En el centro del parque, hay una enorme escultura conocida como «El Beso».
Larcomar
Finalmente, llegamos al centro comercial Larcomar. Es el típico centro comercial, aunque abierto hacia el océano Pacífico. Aquí probamos las paletas (polos de helado) del local Palettas. A 7,5 soles la paleta (unos 2€) no son baratas, pero están buenísimas. Me habría comido otra justo al terminarme la primera, pero saqué fuerza de voluntad y no lo hice, jajaja.
Para saciar las ganas de dulce, compramos chocotejas en un puesto de Sr Buendía. Son originarias de Ica, donde las probamos al principio del viaje y cuando las vimos de nuevo en Lima no pudimos resistirnos.
Saliendo de Larcomar echamos un vistazo a una exposición temporal de fotografía montada en una enorme carpa frente al mar y luego dimos media vuelta. Larcomar no es mal sitio para cenar, pues hay muchísimas opciones, pero todavía no tenemos hambre (claro, me diréis, te acabas de zampar una paleta de trufa y dulce de leche) y decidimos que ya buscaremos algún lugar donde comer más cerca del hostal en Miraflores.
Milanesas para todos los gustos
Quizás nos hemos aventurado un poco queriendo encontrar un lugar donde comer cerca del hostal. Haberlos, los hay, pero abiertos en domingo, casi ninguno. De hecho, recorrimos un buen tramo de la avenida Mariscal Lamar, donde hay bastantes restaurantes, hasta que encontramos dos abiertos, uno al lado de otro. Escogimos La verdad de la Milanesa.
Aquí sirven los filetes rebozados con acompañantes y salsas varias a escoger, de modo que uno se construye su propio plato. La limonada que preparan casera no tiene desperdicio. Comimos los dos por 50 soles (unos 14€).
Nos vamos a dormir temprano a La Casa del Mochilero. Mañana nos esperan largas horas de vuelo y escalas.
Regreso a casa
A las 5h30 ya estamos preparados para salir del hostal y recibimos un mensaje de Whatsapp que nos avisa de la llegada de nuestro transporte Quick Llama, todo un detalle para que no tengamos que pasar frío fuera esperando. Ya en el aeropuerto facturamos para nuestro vuelo a Palma, con escalas en Bogotá (6h) y Madrid (2h).
Estos 16 días en Perúnos han pasado volando y si tuviéramos que cambiar algo del itinerario sería añadir días para descubrir este fantástico país. Definitivamente, Perú tiene infinitos atractivos naturales e históricos, sin olvidar un sueño viajero para muchos: Machu Picchu. Nos queda pendiente una visita a Puerto Maldonado o Iquitos para ver el río Amazonas y la selva. O más días para disfrutar del cañón del Colca o la zona del lago Titicaca más a nuestro aire.
Nos vamos con muchos recuerdos inolvidables y con una pregunta: ¿cuándo volvemos a Latinoamérica?
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