Sevilla en 3 días

En noviembre nos escapamos 4 días en nuestro primer viaje a Andalucía. Dedicamos 3 días a descubrir Sevilla y 1 día a la vecina Córdoba. Sevilla es la cuarta ciudad más grande de España, pero su centro histórico es pequeño y de fácil recorrido a pie. Con dos días apretados se pueden ver los principales atractivos de la capital andaluza, con tres se puede ver todo con más calma e incluso acercarse a las cercanas ruinas romanas de Itálica. También vinimos a visitar a un amigo que estudia en Sevilla, nos alojamos con él y nos dejamos guiar, así que la nuestra fue la segunda opción: ¡nos pegamos hartadas de andar, pero también tuvimos tiempo de refrescarnos en las terrazas sevillanas y descubrir que en la ciudad se come muy, muy bien! Si os entra el gusanillo, aquí tenemos una entrada especial de lugares donde comer en Sevilla.
Cómo llegar del aeropuerto al centro
Ir del aeropuerto de Sevilla al centro no tiene pérdida: seguid las indicaciones hacia la línea de bus EA (Especial Aeropuerto). El bus pasa cada 15 minutos, de 5h 20 a 1h 25, y para en puntos clave de la ciudad. El recorrido entero son 35 minutos y el precio, 4€ por trayecto. La ida y vuelta son 6€, pero solo sirve si ambos trayectos son para el mismo día (poco útil, la verdad).
Día 1
Plaza de España
Ahora sí, empezamos nuestra visita a Sevilla bien temprano por la mañana y vamos a hacerlo con un paseo por el parque de María Luisa hasta llegar a su principal atractivo: la plaza de España. Es un lujo empezar a descubrir la ciudad en este lugar tan icónico y, además, sin gente. Se trata de un edificio semi-elíptico que se construyó como pabellón para la Exposición Iberoamericana de 1929. Podéis pasar un buen rato con los medallones de personajes ilustres sobre las columnas, buscando las cerámicas de vuestra Comunidad Autónoma o recorriendo la galería. Incluso podéis asomaros a alguno de los balcones de la parte superior para una vista panorámica de la plaza.
La Catedral de Sevilla y la torre de la Giralda
Salimos del parque de María Luisa y nos vamos adentrando en el centro histórico de Sevilla para visitar la catedral. La entrada al templo cuesta 9€ e incluye la subida a la torre de la Giralda. La Catedral de Santa María, la catedral gótica más grande del mundo, alberga la tumba de Cristóbal Colón, un retablo alucinante y obras de Murillo, como por ejemplo en la Sala Capitular.
En cuanto a la torre de la Giralda, se accede a ella desde el patio de los Naranjos. La Giralda corresponde al alminar de la mezquita que se erguía en el lugar de la catedral durante la época de Al-Ándalus. De hecho, mucha gente lo compara con el minarete de la mezquita de la Koutubia en Marrakech. Su tercio superior fue modificado para reconvertirlo en campanario, pero en el interior se mantienen las 34 rampas que se supone que servían al almuédano para subir en burro o caballo y hacer la llamada musulmana a la oración.
Archivo de Indias
Con las dos visitas anteriores se puede echar la mañana. Después de una buena comida, se puede empezar la tarde echando un ojo al Archivo de Indias. Se trata de un edificio que fue concebido como lonja de mercaderes y, con el tiempo, se destinó a almacenar los documentos relativos a las colonias españolas entre los siglos XV y XIX. No es un imprescindible, pero es gratis. Los archivos pueden verse clasificados en estanterías en la planta superior. El edificio también alberga exposiciones temporales e incluso una Sevilla hecha de piezas de Lego, procesión incluida (no sabemos si la tienen siempre expuesta).
Torre del Oro
Desde el Archivo de Indias, nos dirigimos ahora hacia el río Guadalquivir para ver la Torre del Oro. Subir cuesta 3€, pero por nuestra parte nos conformamos con las rampas de la Giralda y con ver este curioso edificio dodecagonal por fuera.
La Maestranza
Seguimos nuestro recorrido por la orilla del Guadalquivir hasta llegar a la plaza de toros de la Real Maestranza. Si como nosotros no apoyáis la tauromaquia esta parada no pasa de ser una bonita fachada.
Barrio de Triana
Finalmente, llegamos al puente de Isabel II que cruza el Guadalquivir hasta el barrio de Triana. Al otro extremo, de hecho, es famosa la capilla del Carmen. Justo al lado está la entrada al mercado de abastos, aunque por la tarde muchos puestos están cerrados y carece de interés. Sí pueden verse restos de los muros del castillo de San Jorge en el lado opuesto del mercado.
Triana es un barrio con identidad propia, tanto que muchos trianeros consideran que «van a Sevilla» cuando cruzan el puente. Vale la pena recorrer la calle Betis, frente al Guadalquivir, o simplemente dar un breve paseo por el barrio para percatarse de la cantidad de letreros que marcan las residencias de célebres artistas del flamenco o toreros famosos.
Pero como os contamos en el itinerario, el día de nuestra visita al barrio de Triana fue especial porque se celebraba el sexto centenario de la Virgen de la Esperanza de Triana y las calles estaban abarrotadas para verla salir en procesión. Evidentemente, aunque fuera una ínfima parte de lo que se vive en Sevilla durante la Semana Santa, nosotros no dejamos pasar la oportunidad de plantarnos cerca de la Capilla de los Marineros a esperar para ver salir el palio.
La verdad que fue una experiencia extraña: la gente estaba visiblemente emocionada y vivían la salida con un sentimiento que desde fuera no se puede comprender. Vítores, rebujitos, palmas, lágrimas y lluvias de pétalos desde los balcones y nosotros, como fuera de lugar, intentando mimetizarnos en la fiesta sin entender muy bien qué está pasando.
Y con esta experiencia tan profundamente trianera, damos las visitas del día por terminadas.
Día 2:
Real Alcázar
Para esta visita, la más imprescindible para nuestro gusto, es conveniente reservar entradas con antelación. La entrada general cuesta 11,5€ y, si se compra en línea, 1€ adicional bien invertido en evitar las colas ingentes que se forman incluso antes de la apertura.
La visita al palacio empieza cruzando la puerta del León, que lleva a un patio de la Montería y donde ya pueden apreciarse la combinación de elementos almohades y cristianos. El recorrido continua por distintas salas que destacan por el colorido de sus azulejos y los artesonados del techo, como el de la Sala de la Justicia. Otro atractivo esenciales del alcázar son los arcos de herradura del Salón de Embajadores, a los que se llega cruzando el pequeño patio de las Doncellas. ¡Levantad la vista aquí y alucinad con la cúpula dorada!
Otro de los punto álgidos de la visita es sin duda el patio del Yeso, que nos recuerda un montón a las madrassas de Fez y Marrakech de nuestro viaje a Marruecos.
Finalmente, además de los edificios del alcázar, hay que reservar tiempo para recorrer sus jardines. Con la variedad de vegetación, fuentes y estanques, sumada a la belleza arquitectónica de los alcázares, no nos cabe duda de que grandes producciones como Juego de Tronos hayan escogido este lugar como escenario de grabación.
La judería
La salida del Alcázar da al patio de Banderas. Una de las esquinas de la plaza se abre hacia un pasadizo cubierto que conduce al entramado de callejuelas del antiguo barrio judío y por las que vale la pena dar aunque sea un breve paseo.
Real Fábrica de Tabacos
El centro histórico de Sevilla no escatima en atractivos y otro de los puntos que se pueden visitar antes de hacer una pausa para comer y recargar baterías es la Real Fábrica de Tabacos, sede de la Universidad de Sevilla hoy en día. La visita a sus patios es libre.
Museo de Bellas Artes
Después de comer, nos dirigimos hacia el Museo de Bellas Artes, desviándonos antes para descubrir una plazoleta escondida semicircular: la plaza del Cabildo. Si venís en domingo os encontraréis con un despliegue de puestos de antigüedades muy llamativo.
Al cabo de poco llegamos al Museo de Bellas Artes, donde entramos gratis por ser ciudadanos de la Unión Europea. Para los demás, la entrada es muy accesible: 1,5€. Quizás no sea de los mejores museos del país, pero su pinacoteca es envidiable y su ubicación en un antiguo convento hacen que sea una visita muy recomendable en la ciudad.
Parroquia de San Luis de los Franceses
Si ayer terminamos el día con una procesión, nuestras últimas visitas de hoy también van a ser religiosas. Empezamos el final de nuestro itinerario por la parroquia de San Luís de los Franceses, recientemente abierta al público de nuevo después de años de restauración. La entrada cuesta 4€, pero es gratis los domingos. Si la fachada de esta iglesia jesuita es impresionante pero más bien sobria, el interior es un festival del Barroco: no hay ni un centímetro cuadrado sin decorar bajo la asombrosa cúpula del templo. No os perdáis tampoco la bóveda de la capilla doméstica. El templo también cuenta con una modesta cripta.
Basílica de la Macarena
Desde aquí, andamos unos 20 minutos hasta llegar a la basílica de la Macarena. La entrada a la iglesia es gratuita y su principal atractivo es sin lugar a dudas la imagen de la virgen de la Macarena. Normalmente abre todos los días de 9 a 14h y de 17 a 21h, así que es una buena visita para cuando las demás atracciones turísticas ya han cerrado.
Justo al lado de la basílica hay una pequeña tienda con todo tipo de parafernalia religiosa. Aquí se pueden comprar entradas para el Museo del Tesoro de la Hermandad de la Macarena, donde se pueden ver pasos de procesión y todo tipo de objetos relacionados con la Semana Santa sevillana. La entrada son 5€. Yo no entré, pero quizás para los que desconocen la tradición (o para los que les encanta) puede ser una visita interesante.
Día 3:
Una mañana en Itálica
Para empezar nuestro último día en Sevilla nos vamos a Santiponce, localidad a unos 15km de la ciudad, para conocer las ruinas de la ciudad romana de Itálica. Se trata ni más ni menos de la primera ciudad romana que se erigió en Hispania y también la primera urbe que el imperio construyó fuera de las fronteras de la actual Italia.
Nos sorprende que teniendo este tesoro arqueológico a tan escasa distancia no se promocione más y, sobre todo, no se facilite el acceso en transporte público. Los horarios de bus a Santiponce son limitadísimos, tanto para la ida como para la vuelta. Al final nos decantamos por usar Uber y por 4€ por persona y trayecto (éramos 3) pudimos ir y volver a las horas que quisimos.
Los horarios del recinto arqueológico varían según los meses del año. Podéis consultarlos aquí. La entrada es completamente gratuita.
El anfiteatro y los mosaicos
Su mayor atractivo hoy en día es sin duda el anfiteatro, que mantiene el foso donde guardaban los animales para las luchas contra gladiadores, unas gradas ruinosas y las galerías bajo ellas. De nuevo, un escenario cinematográfico que ha hecho las veces de Pozodragón en Juego de Tronos.
Pero además del anfiteatro, también pueden recorrerse las antiguas vías de Itálica y pasear entre los restos de viviendas, templos y baños romanos. Sin duda, lo más destacable aquí son los mosaicos. Os llamaran la atención los dibujos de temática marina y las formas fálicas de la Casa de Neptuno o las preciosas aves de la Casa de los Pájaros, entre muchos otros.
Cuando visitamos el recinto había recreaciones historicas de formaciones de los ejércitos romanos, así como juegos y talleres. Sobre todo si viajáis con niños, vale la pena comprobar si hay alguna actividad especial, pues algunas (como la lucha de gladiadores en el anfiteatro) requería reserva previa y son muy interesantes.
Ya fuera del recinto arqueológico, en el pueblo de Santiponce hay también un teatro romano. Solo pudimos asomarnos a verlo porque estaba reservado para una representación. De todos modos, esta parte está bastante reconstruida para poder realizar eventos en ella y no nos pareció tener demasiado encanto.
Casa Pilatos
La visita a Itálica lleva fácilmente una mañana, así que de regreso a Sevilla comemos antes de ir a la Casa Pilatos, nuestra siguiente parada. La entrada es algo cara: 10€ para la casa completa y 8€ para la planta de abajo. Nosotros escogimos la segunda opción para visitar este palacete de estilo renacentista-mudéjar, que fue residencia de los duques de Medinaceli. Decimos que la entrada es un poco cara porque en realidad, el lugar no es muy grande: dispone de un patio central muy bonito, varias estancias interiores repletas de azulejos y un modesto jardín. Todo muy fotogénico pero en menos de 1h le has dado la vuelta y has echado mil fotos.
Las Setas
Dedicamos el final de nuestro último día a callejear por el centro histórico. Perderte es claramente algo que debes hacer sí o sí en Sevilla.
Empieza a atardecer y nos dirigimos a las Setas, también conocida como proyecto Metropol Parasol, que cubre casi la totalidad de la plaza de la Encarnación y cuya estructura ondulante de madera sorprende al visitante. En la parte de abajo de las Setas hay un mercado y varios restaurantes, mientras que en la parte superior hay una terraza y pasarelas que ofrecen hermosas vistas de la ciudad, en especial, de la catedral y la Giralda, y muchas oportunidades fotográficas. Subir cuesta 3€: antes se podía tomar un refresco en la cafetería de las terrazas gratis con la entrada, pero ahora solo regalan una postal.