Día 1: Cambridge

Empezamos nuestro recorrido por el sur de Inglaterra volando a Stansted desde el aeropuerto de Dublín, un vuelo de apenas una hora pero en el que pudimos relajarnos después de nuestras peripecias en las que pensamos que casi íbamos a perderlo (más detalles en la última entrada de nuestra rutita de 11 días por Irlanda). El aeropuerto de Stansted se encuentra al norte de Londres y está casi más cerca de Cambridge que de Londres, por lo que si queréis visitar esta histórica ciudad universitaria, no es mala idea colocarla al principio de vuestro itinerario.
Cómo llegar
Desde Stansted hay varias opciones para llegar a Cambridge:
– En bus (National Express): el trayecto dura alrededor de 50 minutos y cuesta unas 10£. Se pueden reservar los billetes con antelación en la web de la compañía o comprarlos directamente en el mostrador del aeropuerto.
– En tren: el trayecto dura apenas media hora. Los precios son variables según la coincidencia (o no) con horas puntas. Podéis comprobar horarios y precios aquí.
Si, por el contrario, llegáis a Cambridge desde Londres, podéis tomar el tren desde King’s Cross o Liverpool Street Station. Los más rápidos (con menos paradas) tardan apenas 50 minutos en llegar mientras que algunos pueden tomar hasta 1h30. Aún así, es mucho más rápido que el bus, que tarda unas 2h30 sin atascos. En cualquier caso, si vais a optar por el tren, la anticipación y evitar las horas puntas es primordial para asegurar un buen precio. ¡Hay trenes por poco más de 10£ y otros de hasta 40£!
Dónde alojarse
No nos extenderemos mucho aquí porque nosotros nos alojamos en casa de nuestra amiga Mercè, que vive en las afueras de Cambridge. Lo que sí os podemos decir es que Cambridge no es barato: una búsqueda rápida en Booking nos muestra que los precios más económicos para una habitación doble rondan los 60-70€. Por ello, os dejamos un pequeño descuento de 15€ en vuestra reserva en Booking.
Qué ver y hacer en un día Cambridge
Salimos por la mañana temprano dispuestos a conocer los principales lugares de interés de Cambridge. Al ir acompañados de alguien que trabaja en Cambridge accedimos gratuitamente a los college y obtuvimos descuentos en actividades como el punting en el río Cam. Si hubiéramos tenido que pagar, probablemente habríamos limitado nuestras visitas al King’s College y al recorrido por el río. De todos modos, os vamos explicando y poniendo los precios para que decidáis vosotros mismos qué ver y hacer en la ciudad.
Llegamos a Cambridge por la calle Trumpington. Pasamos de largo por delante del museo Fitzwilliam, una parada que seguro habríamos realizado pero justamente visitamos Cambridge en lunes, día en que el edificio permanece cerrado. La visita es gratuita.
Lo primero que nos llama la atención un poco más abajo de la calle Trumpington, en la esquina con Bene’t, es un inquietante reloj chapado en oro, sin manecillas y con una especie de saltamontes macabro bautizado como Cronófago (Come-tiempo). El reloj no es exacto más que una vez cada 5 minutos. El resto del tiempo, los minutos y los segundos se aceleran y desaceleran para representar la relatividad y la incertidumbre del tiempo. Fue creado por un antiguo alumno del college Corpus Christi, John Taylor, e inaugurado por Stephen Hawking en 2008. Os dejamos un vídeo de Youtube para que os hagáis una idea de su funcionamiento. Es raro y a la vez escalofriante.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=-X_F2pyjH70&w=560&h=315]
Giramos por la calle Bene’t para llegar a un pub histórico, The Eagle, conocido por ser el lugar donde Crick y Watson anunciaron el descubrimiento de la estructura de la doble hélice del ADN. A día de hoy, una placa conmemorativa rinde homenaje a Rosalind Franklin, quién fue partícipe del descubrimiento pero no de la fama y el renombre del que gozaron sus compañeros hombres del laboratorio Cavendish. También en el mismo pub encontramos una sala cuyo techo está cubierto por los graffitis de miembros de la Royal Air Force (las fuerzas aéreas) durante la Segunda Guerra Mundial. Podéis tomaros algo en el pub o simplemente entrar a verlo: están más que acostumbrados a los visitantes curiosos.
Deshacemos nuestros pasos para regresar a Trumpington Street y nos acercamos al río para informarnos de los horarios de salida de los recorridos al río. Reservamos para las 11h30 y como tenemos margen de tiempo, nos dirigimos al King’s College tras una corta visita al Queen’s College (entrada: 3,50£).
El King’s College es uno de los más renombrados del mundo y una visita imprescindible si estáis en Cambridge. La entrada cuesta 9£ (6£ la entrada reducida y gratis para los estudiantes de Cambridge) y da acceso a los jardines y la famosa capilla, plato fuerte de la visita. El college fue fundado por Enrique VII y las obras finalizaron bajo el reinado de Enrique VIII en el siglo XVI. Se trata del college más adinerado de Cambridge.
La capilla, en particular, es un impresionante ejemplo de arquitectura gótica. Andaréis con la vista alzada hacia la bóveda (¡porque es preciosa!), pero no os perdáis el cuadro de la Adoración de los Reyes Magos de Rubens en el altar.
Tras un breve paseo por los jardines de King’s College, volvemos al río justo a tiempo para la salida de nuestro punting tour. El río Cam no es muy profundo a su paso por Cambridge y la técnica del punting consiste en empujar el bote clavando una larga vara en el lecho del río. Se puede escoger entre realizar el recorrido con un guía o intentando hacer punting tú solo. Otra opción sería negociar un precio para hacer el tour y luego probar de dirigir el bote un rato, aunque no suelen acceder a esta opción en días concurridos.
Nosotros realizamos el recorrido con la compañía Scudamore. Los tickets (unas 20£ sin descuento) se compran justo delante del Puente Matemático.
Cuenta la historia que el Puente Matemático fue construido por el mismísimo Newton sin un solo clavo y que cuando sus discípulos lo desmontaron, no supieron volverlo a construir.
La verdad es que el puente tan siquiera lo vio Isaac Newton, que murió 22 años antes de su construcción en 1749. Se dice que la construcción no tiene clavos pero sí los tiene, aunque no son visibles por fuera. Finalmente, el motivo por el que se reconstruyó no fue otro que el mal estado de la madera original.
Los guías son estudiantes de Cambridge que quieren sacarse un dinero extra, sobre todo en los meses de verano. El nuestro era informático y conocía un montón de historias de los edificios que íbamos viendo a nuestro paso. Además de datos históricos, los estudiantes amenizan la visita con anécdotas del día a día en Cambridge. Por ejemplo, aprendimos sobre la rivalidad entre los diferentes colleges o el origen del agente 007, el mago, espía y consejero de la reina Isabel I, John Dee, alumno ilustre del Saint John’s College. Eso sí, se requiere buen nivel de inglés para disfrutar al 100% de la visita.
Aquí una imagen de la capilla del King’s College desde el río:
Terminamos nuestro recorrido que ha durado aproximadamente una hora (¡aunque se nos ha pasado volando!) y nos reunimos con nuestros amigos para comer en el gran comedor de un college. ¡Os lo contamos todo al final de la entrada!
Nos tomamos el café rápido y nos vamos directos al Trinity College para entrar en la biblioteca Wren, famosa por exhibir ejemplares de la primera edición de un montón de obras icónicas y, en particular, obras de Newton con sus anotaciones a mano. Como curiosidad, la primera planta del edificio de la biblioteca no tiene ningún libro de valor, como medida preventiva por las crecidas del río Cam. La entrada es gratuita pero muy limitada: de 12 a 14h de lunes a viernes y con entradas contadas: hay un número limitado de visitantes al mismo tiempo y los siguientes no pueden entrar hasta que otros no salgan. De ahí a que, a pesar de haber llegado en las horas de visita, no pudimos entrar… ¡En fin, lo dejaremos para otra visita!
Nos vamos un poco decepcionados y nos conformamos con entrar a los jardines del Trinity College. La admisión cuesta 3£, aunque también es posible ver los jardines desde Queen’s Gate en Trinity Lane de forma gratuita.
Aunque la biblioteca Wren pertenece al Trinity no se puede acceder directamente desde los jardines ya que se encuentra en un edificio separado junto al río. ¡Tenedlo en cuenta si vais con el tiempo justo!
Del Trinity nos vamos al Saint John’s College, con edificios situados a ambos lados del río Cam. La entrada se realiza por la calle Saint John y se atraviesan varios patios hasta llegar al río donde nos encontramos con el puente de los Suspiros, un puente cubierto que se ha convertido en emblema de la ciudad. La entrada cuesta 10£.
El edificio al oeste del río, New Court, fue diseñado por Rickman y Hutchinson (a este último también le debemos el puente de los Suspiros) a principios del siglo XIX. Se trata de un edificio que impacta por su perfecta simetría (bueno, a excepción del águila que corona su pináculo central).
No hemos visto el libro de Newton, pero por lo menos veremos los fósiles de Darwin. Nos vamos al Museo Sedgwick de Ciencias de la Tierra, dedicado principalmente a la geología. Se trata de una visita gratuita a la que dedicamos más bien poco tiempo, ya que no entendemos prácticamente nada de rocas y minerales. Aún así, vale la pena pasarse aunque sea un rato para ver los fósiles. Abre de lunes a viernes de 10 a 13h y de 14 a 17h, sábados de 10 a 16h y permanece cerrado los domingos.
Desde el museo nos dirigimos al último college que vamos a visitar: el Jesus College. Al ser menos conocido y estar más alejado de los demás college a orillas del Cam, no cobran entrada y prácticamente no veréis turistas. El caminito que lleva a la entrada principal, flanqueado por montones de bicicletas es un paseo de lo más agradable, mientras que en el interior se encuentra un pequeño claustro, muy acogedor, y una capilla mucho menos ornamentada que la capilla del King’s College, pero no por ello menos recomendable. Cuando fuimos había un ensayo de canto, del que pudimos disfrutar mientras visitábamos el lugar, sin molestar.
Dónde comer
Porque un día no puede empezar bien sin un buen desayuno, os contamos que uno de los dulces más tradicionales que podéis probar en Cambridge es el Chelsea bun, una suave y deliciosa masa enrollada con canela. Dicen que los mejores los venden en Fitzbillies, un horno fundado en 1921 en Trumpington Street (ahora también tiene una sucursal en Bridge Street).
Los Chelsea buns valen como 2£ y, aunque fuimos los únicos que comimos y no podemos comparar, la verdad es que estaban muy ricos. Incluso a mí que no soy muy fan de la canela me gustó.
¿Os imagináis poder comer en el Gran Comedor de Hogwarts y sentiros cuál Harry Potter en un fabuloso banquete? Este espacio que todos recordamos de las películas se basa en el comedor de Christchurch en Oxford y está reservado exlusivamente para sus estudiantes que a veces incluso van uniformados en las comidas de gala. Los comedores de college más fascinantes de Cambridge también están reservados para sus estudiantes, pero no todos. Es el caso del Pembroke college, que además de tener esa atmósfera de comedor universitario histórico (aunque más modesta), sirve buena comida y a precios muy económicos. Por ejemplo, una sopa o una crema y carne o pescado con guarnición por 4,50£. El agua es gratuita, las demás bebidas se pagan a parte.
Los ingleses no tienen demasiada buena fama a la hora de preparar café… Y como somos cafeteros, pasamos de tomarlo en el college después de comer y lo dejamos, junto con el postre, para otro lugar: la cafetería italiana Aromi, en Bene’t Street. Se trata de un pequeño local donde preparan café más que decente y unos dulces buenísimos (¡canolis!)
A media tarde, cuando ya habían cerrado todos los college y museos, y para pasar el tiempo antes de la cena, fuimos al pub Fort Saint George: un poco alejado del centro, pero a la orilla del río Cam (en esa zona guardan los barcos que usan los remeros de las famosas regatas que enfrentan a Oxford y Cambridge). Suponemos que por su ubicación, y porque es frecuentado mayoritariamente por locales, fue uno de los lugares más baratos en los que tomamos una pinta de cerveza (o de sidra) en todo nuestro viaje por Irlanda e Inglaterra.
Ya por la noche fuimos a cenar a Cambridge Brew House en King Street, un pub donde sirven porciones inmensas: pedimos scotch eggs (huevo duro rebozado con carne picada), una tabla de carne a la parrilla y una empanada de pollo y puerro entre cuatro y acabamos llenísimos. Nos salió por unos 17£ por persona, cervezas incluidas. No es barato, pero tampoco nos pareció caro por todo lo que pedimos.
En resumen:
Ruta de 9 días en Londres y alrededores
Viajes seguros:
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