Qué ver en San Gimignano

Pisa, Florencia o Siena son las grandes ciudades toscanas, pero adentrarse en el corazón de esta región italiana requiere la visita de alguno de sus pueblos. San Gimignano, rodeado de murallas y viñas, es sin duda un acierto en una ruta por la Toscana. Además, San Gimignano presenta un curioso skyline de «rascacielos» medievales. Os lo contamos todo en esta entrada.
Cómo llegar
En coche, San Gimignano se encuentra a 35 minutos de Siena, 1 hora de Florencia y 1h30 de Pisa. Hay aparcamientos en el exterior de las murallas, ya que todo el centro es peatonal.
Se puede acceder también en transporte público, pero San Gimignano no cuenta con estación de trenes. Por lo tanto, acceder al pueblo requiere de una combinación de tren hasta Poggibonsi-San Gimignano, desde donde cogeremos el bus 130 frente a la estación. Hay buses cada hora, aproximadamente, con más frecuencias en la mañana.
Dónde alojarse en San Gimignano
Si vais en coche, hay muchísimos alojamientos rurales en los alrededores de San Gimignano a precios asequibles. Si, como nosotros vais en transporte público, mejor quedarse dentro del recinto amurallado. Nosotros nos quedamos en el Palazzo Buonaccorsi, en la via de San Matteo. Es un palacio histórico que data del siglo XIII. Es un alojamiento caro para nuestros estándares de viajes a bajo coste. La verdad es que realmente, habíamos reservado en un hotel más barato y no sabemos muy bien por qué nos reubicaron a este palacete y, además, nos entró un desayuno muy abundante.

Qué ver en San Gimignano
Las dimensiones reducidas de este pueblo hacen que pueda recorrerse entero en un día. Nosotros estuvimos un día y medio e incluimos una ruta senderista entre viñedos por los alrededores, sumergiéndonos en la belleza de los paisajes toscanos. A continuación, os explicamos qué ver en San Gimignano, empezando por los puntos más céntricos, que os recomendamos ver por la mañana antes de que lleguen los numerosos tours que paran a diario en la localidad.

Las torres de San Gimignano
La no muy lejana ciudad de Bolonia cuenta con famosas torres medievales, aunque en su mayoría fueron destruidas. En cambio, en San Gimignano quedan en pie 15 de las 72 torres que tuvo en su apogeo. El origen de estas construcciones no es otro que la rivalidad entre las famílias nobles que residían en las ciudades en la Edad Media. Las torres eran hazañas constructivas similares a los rascacielos de hoy en día: tener la torre más alta denotaba poder económico y social. La torre más alta de San Gimignano es la Torre Grossa, de 54m de altura.

Vale la pena pasear entre las torres, pero también verlas desde las murallas. El mejor lugar para hacerlo es la rocca di Montestaffoli, una pequeña fortificación del siglo XIV desde la que se obtienen vistas panorámicas sobre el centro histórico.

Duomo de San Gimignano
La torre Grossa se encuentra precisamente al lado de la catedral de San Gimignano. En la misma plaza, se encuentran las torres Rognosa y Chigi, así como las torres gemelas dei Salvucci.

Se puede adquirir una entrada conjunta para subir a la torre Grossa y entrar en el duomo por unos 13€ o, por el contrario, acceder solamente a la catedral por 5€. Nosotros optamos por esta segunda opción y recomendamos la entrada a la catedral por sus frescos, que recubren las paredes y el techo del templo. Las representaciones del cielo y el infierno que hay en la entrada son especialmente vívidas e impactantes.

Plaza de la Cisterna
La plaza del duomo se abre a la triangular plaza de la Cisterna. Todavía hoy, es donde se instala el mercado. Es uno de los lugares más fotogénicos de San Gimignano, ya que tanto el pozo de travertino octogonal que da nombre a la plaza como los edificios que la rodean dan una imagen realmente bucólica.

Y esta imagen solo puede mejorar con un helado (porque los helados, y más si es en Italia, lo mejoran todo). La buena notícia es que en la misma plaza se encuentra la premiada heladería Dondoli. Los premios son merecidos, así que no os asustéis de las colas que se forman, porque avanzan rápido. Además de los típicos sabores, tienen algunos originales propios, como la crema di Santa Fina (de azafrán y piñones) o el sorbete di Vernaccia (hecho a base de la uva que se usa para elaborar el vino de la región).

Iglesia de San Agustín y fuentes medievales
Una vez recorridas las callejuelas del centro de San Gimignano, quedan otros atractivos en las afueras del pueblo. Uno de ellos es la iglesia de San Agustín. Desde aquí, podéis seguir un pequeño recorrido cuesta abajo por la via delle Fonti hasta las fuentes medievales, bajo unos arcos de piedra, donde los habitantes se abastecían de agua en el medievo. ¡Ojo en verano con los mosquitos!

Murallas de San Gimignano
Otro atractivo de San Gimignano sin duda es pasear sobre las murallas que rodean la ciudad, a través de las cuales podéis obtener bonitas vistas al paisaje que rodea el pueblo de San Gimignano, además de acceder a las más alejada iglesia di San Lorenzo in Ponte y regresar al meollo del centro por la puerta medieval de San Giovanni.

Día 2: Senderismo en San Gimignano
Especialmente si habéis llegado a San Gimignano en bus, prácticamente no habréis visto la panorámica de la silueta del pueblo y sus torres. No pasa nada. Si no tenéis coche, hay una ruta senderista que rodea el pueblo y, además de verlo desde todos los ángulos, pasearéis entre cipreses y viñedos, sumergiéndoos en el paisaje toscano.

Para realizar esta ruta, necesitaréis unas 3 horas con paradas (2h en movimiento). La ruta es circular y sale de la puerta de San Giovanni en el extremo sur de la localidad. Nosotros seguimos esta ruta de Wikiloc. La ruta incluye un trocito de carretera muy poco transitada, pero generalmente discurre por senderos rurales de tierra.
Dónde comer en San Gimignano
San Gimignano es muy turístico y los precios de muchos restaurantes no van acorde a la calidad que ofrecen. Aún así, se puede comer bien sin arruinarse.
Además de la imprescindible heladería Dondoli, en la plaza de la Cisterna, que ya hemos mencionado, aquí tenéis ideas de comida y cena:
La Fiaschetteria di Boboli: en la vía de San Matteo. Es una pequeña tienda de quesos y embutidos que, además, prepara bocadillos. Si queréis probar el delicioso jamón curado de jabalí con pecorino o cualquier otra variedad de queso local, este es el sitio adecuado. Los bocadillos cuestan unos 5-6€ y son bastante grandes. No hay mesas, pero ¿qué mejor que degustarlo con vistas en las murallas?

La Vecchia Nicchia: en un callejón cercano a la puerta de San Matteo. Y seguimos con la dinámica de quesos y embutidos. En este coqueto local, sirven las mejores tablas de productos regionales y bruschette, que podéis acompañar del dulce vino blanco de Vernaccia (denominación de origen). También cuentan con un menú degustación más elaborado. Es un restaurante de precio medio-alto, pero que realmente sirve comida de calidad. Es ideal para cenas y conviene reservar con antelación.

En resumen:
Otros destinos en Italia
Venecia fue la primera parada de una ruta por Italia que nos llevó también de visita a Padua, a la Toscana (Florencia, Pisa, el pueblo de San Gimignano y Siena) y a la ciudad de Bolonia en la región de Emilia-Romagna.
O si vuestra ruta italiana es más larga, podéis consultar también nuestras recomendaciones en Roma, Nápoles y Pompeya.
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