Bolonia en dos días

Bolonia en dos días

Bologna: la dotta, la rossa, la grassa. Los apodos de Bolonia anticipan todo lo que puedes encontrar en la capital de la Emilia-Romagna: la culta, la roja, la gorda. Ciudad universitaria, con construcciones de ladrillos rojos y también históricamente por sus conexiones con el movimento comunista, y con una gastronomía reconocida mundialmente. ¿Suficientes motivos para dedicar unos días a conocerla?

Cómo llegar a Bolonia

Bolonia cuenta con el aeropuerto Marconi, conectado en 10 minutos con el centro de la ciudad con el Marconi Express. Las tarifas son caras (11€ ida; 20€ ida y vuelta). Podéis consultar horarios y precios actualizados aquí. Una alternativa más económica es el bus 944 hasta «Ospedale Maggiore” y de ahí, hacer un trasbordo para llegar al centro de la ciudad. Cuesta unos 4€ en total, pero tardaréis aproximadamente 1h.

Si viajáis en tren desde otra ciudad italiana, hay muchas frecuencias de trenes regionales: 1h30 desde Venecia, 1h15 desde Milán, 40 minutos desde Florencia… Nosotros llegamos en bus desde Siena en 2h, usando la compañía Flixbus.

Qué ver en Bolonia

Día 1

Finestrella

Justo frente a la estación de trenes de Bolonia nos encontramos Porta Galliera, antigua puerta de las murallas y que nos indica el camino a seguir hacia el centro histórico. Siguiendo por la via dell’Independenza, es fácil despistarse y saltarse uno de los atractivos de Bolonia, la Finestrella. Hay que desviarse a una calle paralela a la izquierda, la via Piella. Aquí se encuentra una ventana sobre el canal delle Moline. Hasta la Segunda Guerra Mundial, varios canales recorrían esta zona de la ciudad. La mayoría fueron recubiertos de asfalto y este es el único vestigio visible que queda. Si bien no es nada del otro mundo, es curioso de ver.

Piazza del Neptuno

En 15 minutos desde la estación nos plantamos en la plaza del Neptuno. En el centro, se encuentra la estatua de Giambologna del dios romano y su tridente. Apodada il gigante por los boloñeses, es uno de los monumentos más fotografiados de la ciudad. Como curiosidad, todos buscan el juego de perspectiva en la que el dedo pulgar de Neptuno parece una erección (desde atrás, a un lado).

Neptuno está rodeado por el palacio del rey Enzo, de aspecto medieval, y el palacio Accursio. En este último se encuentra la Salaborsa, una biblioteca bajo la cual pueden recorrerse los cimientos de las antiguas construcciones romanas. El acceso es gratuito.

Piazza Maggiore

Un poco más adelante la plaza Neptuno se abre al gran espacio de la piazza Maggiore. Está flanqueada por el palacio del Podestà (el alcalde), un edificio cívico que destaca por su torre y su decorado pórtico, y al frente por la basílica de San Petronio. La visita al templo es gratis, pero hay que pagar para ver las obras de arte más destacadas.

Bolonia es una ciudad muy musical. Es la ciudad natal de Rafaella Carrà. Otro cantante muy querido en la ciudad es Lucio Dalla. La calle comercial que sale por uno de los extremos de la plaza, la via d’Azzeglio, es testimonio de ello, iluminada con la letra de su canción L’anno che verrà.

Biblioteca dell’Archiginnasio

Nos encontramos ahora muy cerca de la biblioteca dell’Archiginnasio, una de las sedes de la universidad de Bolonia. Se puede acceder al patio y a alguna de sus exposiciones temporales de manera gratuita. Lo más destacado de esta visita son los siete mil escudos de armas que decoran sus paredes y que pertenecen a las familias de antiguos estudiantes de la universidad.

También es posible realizar una visita más completa al palacio del Archiginnasio, en la que pueden verse las antiguas aulas y el teatro anatómico. Sin embargo, nosotros ya habíamos visitado el Palazzo Bo y el teatro anatómico de la Universidad de Padua y lo descartamos en esta ocasión.

Via delle Pescherie Vecchie

De vuelta a piazza Maggiore, a uno de los lados de la plaza se extiende la via delle Pescherie Vecchie y el Mercato Mezzo, repletos de pequeños restaurantes, charcuterías y puestos de mercado al aire libre. ¿Sabéis que la mortadela también es originaria de Bolonia? En la salumeria Simoni, en la calle principal del mercado, podéis pedir unos bocadillos para probar la auténtica mortadela de producción local.

Día 2

Torres de Bolonia

Empezamos nuestras visitas de hoy en las torres de Bolonia, la torre Garisenda y la torre Asinelli. Ambas fueron construidas de ladrillo rojo en la época medieval (siglos XI y XII). Tienen su origen en las fortificaciones medievales de ataque o defensa. Aun así, Las famílias las erigían para demostrar su riqueza, un fenómeno arquitectónico que ya habíamos visto en el pequeño pueblo de San Gimignano en la Toscana. Muchas fueron demolidas, pero algunas como las de San Gimignano o estas de Bolonia, siguen en pie.

Aunque no tienen la famade la de Pisa, las torres de Bolonia tienen la peculiaridad de estar inclinadas. La torre Asinelli es la más alta (97,6m) y la que tiene un menor grado de inclinación, mientras que la torre Garisenda (48m) tiene una inclinación de 3,2m respecto a la vertical. De hecho, originalmente medía 60m y se le quitó altura en el siglo XVI debido a que el terreno bajo ella estaba cediendo.

Se puede subir a lo alto de la torre degli Asinelli, previa reserva y por 5€ en el siguiente enlace a la página oficial.

Las siete iglesias

Seguimos a otro de los puntos más destacados a visitar en Bolonia: la basílica de Santo Stefano. La plaza triangular en la que se encuentra la basílica es un rincón precioso de la ciudad. La basílica en sí también es conocida como las Siete Iglesias.

Su origen se remonta al siglo V, cuando San Petronio hizo construir la iglesia del Santo Sepulcro en esta ubicación. El plan era construir un total de siete iglesias que representaran distintos lugares de la pasión de Cristo. La del Santo Sepulcro es la iglesia central reconoceréis por el enorme púlpito de piedra que se alza en el centro de la sala. Desde ella, se puede salir al exterior al patio de Pilato, emulando el lugar donde Jesús fue condenado, y al claustro medieval.

En el siglo VI se añadió la Iglesia del Crucifijo. A la izquierda del complejo, hay una tercera fachada, la de la iglesia de los santos Vitale y Agricola, mártires enterrados en el recinto. Las obras de una cuarta iglesia, la de los Mártires, no se llegaron a finalizar. El complejo cuenta también con un pequeño museo dedicado a Santo Stefano.

Desde la plaza de San Stefano, podéis recorrer una pequeña galería comercial que llega hasta la Casa Isolani. Podéis entreteneros buscando las tres flechas que se esconden bajo sus soportales. La leyenda cuenta que una mujer noble fue acusada de adulterio por su marido, que buscó venganza contratando tres arqueros, que fallaron sus tiros al ver a la mujer desnuda.

El resto del día lo dedicamos a recorrer las calles del centro de Bolonia, muchas de ellas flanqueadas por los soportales de las casas de tonalidades rojizas que las conforman. Llegamos así hasta San Giacomo Maggiore, una de las iglesias principales de la ciudad. Justo al frente se encuentra la facultad de Derecho , uno de los edificios más emblemátcos de la Universidad de Bolonia. Si está abierto, podéis acceder gratuitamente al patio.

Dónde comer en Bolonia

Bolonia es también la grassa y sus restaurantes y heladerías cumplen con las expectativas del apodo:

Osteria dall’Orsa: siempre hay cola en este local frecuentado por turistas, locales y estudiantes de la ciudad. Sus platos estrella, como no, los tagiatelle al ragú (boloñesa) y la sopa de tortellini. Bueno y barato, sin pretensiones.

Salumeria Simoni: los mejores embutidos de Bolonia en un bocadillo. Podéis probar la verdadera mortadella, el salame rosa o cualquiera de sus productos regionales en la via delle Pescherie Vecchie. También sirven tablas, pero hay muy poquitas mesas. Nosotros nos decantamos por la opción para llevar.

Y en nuestra última parada de este viaje a Italia, no podían faltar los helados. Dos días en Bolonia, dos heladerías espectaculares que tenéis que probar:

Cremeria Cavour: en la plaza Cavour. Los helados son cremosos y ofrecen sabores clásicos y también algunos especiales, como el mascarpone con chocolate. Sirven también granita siciliana.

Sorbetteria Castiglione: algo más alejada del centro. Valen la pena las originales combinaciones de sabores que ofrecen, hechas con ingredientes de origen italiano (ricotta e higos, crema de avellanas caramelizadas, etc.)

En resumen:

Otros destinos en Italia

Bolonia fue nuestra última parada en un viaje a Italia que empezó por Venecia. La ruta nos llevó también a la Toscana (Florencia, Pisa, el pueblo de San Gimignano y Siena).

O si vuestra ruta italiana es más larga o más al sur del país, podéis consultar también nuestras recomendaciones en Roma, Nápoles y Pompeya.

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