Día 11: Clonmacnoise y la destilería de Kilbeggan

Día 11: Clonmacnoise y la destilería de Kilbeggan

Amanece en nuestro último día en Irlanda. De camino al aeroupuerto de Dublín desde Galway nos espera un breve paseo por esta ciudad por la mañana, una visita al conjunto monástico de Clonmacnoise y una parada en la modesta destilería de Kilbeggan. Todo esto y una serie de imprevistos a nuestra llegada al aeropuerto que por los pelos (y una alineación cósmica de planetas) no nos hicieron perder el avión.

Galway de día

Después de un copioso desayuno y de despedirnos de nuestra súper anfitriona de Airbnb (si no lo conocéis todavía aquí tenéis un descuento para vuestra primera experiencia), salimos temprano de nuestro alojamiento en el vecindario de Salthill y nos vamos a Galway. Como es domingo, no ponemos ORA en Claddagh Clay, a 5 minutos de las calles peatonales del centro y donde hemos encontrado aparcamiento fácilmente estos últimos días.

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Como en la noche de nuestra llegada, recorremos High Street justo en el momento en que abren las tiendas y cafeterías y los primeros artistas callejeros se instalan e inundan las calles de ritmos tradicionales y canciones irlandesas. Tras nuestro breve paseo, con incursiones a chocolaterías y tiendas de souvenirs y lana irlandesa (dónde me compro un gorrito de lana precioso, excusa perfecta y calculada para viajar a sitios fríos en invierno, porque en Mallorca tampoco hace tanto frío), regresamos al coche y nos ponemos en ruta hacia nuestra próxima parada.

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Clonmacnoise

La carretera de Galway a Dublín es una pasada de ancha y un alivio después de conducir tantos días por las estrecheces de la Slea Head Drive de la península de Dingle o la Atlantic Road en los acantilados de Moher y Connemara. En 1h y 10 minutos llegamos a Clonmacnoise, un pequeño desvío bien indicado desde la carretera principal (M6).

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La entrada al conjunto monástico es gratuita con la Irish Heritage Card (que compramos en la prisión de Kilmainhaim en Dublín) y cuesta 8€ sin ella. El conjunto abre todo el año a partir de las 10h hasta las 17h, pero amplía su horario de visitas en verano de 9h a 18h30.

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Se trata de las ruinas de un monasterio fundado por San Ciáran a mediados del siglo VI que consta de dos iglesias, dos torres circulares y varias cruces celtas, similares a las que vimos en Kilfenora.

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Las cruces originales se encuentran en un pequeño museo adyacente al conjunto arquitectónico para asegurar sus conversaciones, mientras que las que se ven en el exterior son réplicas, al igual que lo que ocurría con la cruz de San Patricio en Rock of Cashel.

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Una visita pausada dura entre 1h y 1h30. Opcionalmente, se puede recorrer el área con un guía en inglés, que viene incluido en la entrada.

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Destilería de Kilbeggan

Llegamos a Kilbeggan sobre las 14h45 y nos viene un poco justo comer y visitar la destilería de whiskey de Kilbeggan a las 15h, así que reservamos plaza en el siguiente turno a las 16h y, después de comer de lo que llevamos comprado del super, nos damos una vuelta por el pequeño pueblo.

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A la hora acordada, regresamos a la destilería. Al contrario que la destilería de Jameson en Dublín o Bushmills en Irlanda del Norte, la de Kilbeggan no produce whiskey en cantidades industriales y se conoce como una boutique distillery por su volumen de producción. No obstante, lo interesante de esta planta de fabricación es que sigue usando métodos tradicionales en la elaboración del preciado licor. Fue la primera destilería en obtener una licencia de actividad en Irlanda y todavía hoy usa alambiques de destilación que se cuentan entre las más antiguos del mundo. Ya desde el exterior puede observarse la presencia de la tradición: el edificio, estratégicamente situado a orillas del río Brosna, posee un antiguo molino hidráulico en pleno funcionamiento.

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El tour empieza puntual y nuestra guía nos lleva a través de la antigua planta de destilación (donde se encuentra toda la maquinaria original) y la nueva (donde se combina maquinaria tradicional con nuevas tecnologías), explicándonos el proceso de fabricación. En primer lugar, el proceso empieza con la germinación o malteado del grano de cebada en agua caliente para que suelte el almidón. La destilería de Kilbeggan dispone de una máquina de vapor para calentar el agua en este proceso, que puede durar entre 2 y 3 días. Aunque la máquina ya no se usa en la producción actualmente, todavía funciona.

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A continuación, para parar el proceso de malteado se tiene que secar el grano. Un vez seco, se vierte en unas cubetas con agua caliente donde el almidón se convierte en azúcares. El líquido resultante se conoce como wort y los residuos sólidos como draff, que se reutilizan para la alimentación del ganado.

El siguiente paso es la fermentación: el wort se almacena en tanques de madera o acero y se le añade la levadura para que el azúcar se convierta en alcohol. Este paso dura unas 48h.

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A estas alturas el líquido resultante podría usarse tanto para la producción de cerveza como de whiskey. La diferencia es que éste último pasa por un proceso de destilación en el que se coloca el líquido en alambiques de cobre. Tradicionalmente, el whisky escocés se destila dos veces, mientras que el whiskey irlandés se destila tres veces.

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Finalmente, se coloca en barriles para su maduración. El sabor final del whiskey viene determinado por las características del grano seleccionado, la calidad del agua que se usa, el tipo de alambique y el número de destilaciones y, para terminar, el barril en el que madura y que le proporciona su aroma final.

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Al final de la visita, la guía nos ofrece a probar tres tipos de whiskey diferentes. Las cantidades son generosas y sin diluir en agua se trata de un alcohol muy fuerte. Si vais a conducir, no os preocupéis, os dejaran llevaros una botellita pequeña para que podáis degustarla en casa.

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En ruta al aeropuerto de Dublín

La visita a la destilería ha durado poco más de una hora y son las 17h15 cuando nos disponemos a salir hacia el aeropuerto de Dublín. EN TEORÍA tenemos el vuelo a las 20h40. Vamos sobradísimos de tiempo: no tenemos que facturar maletas porque viajamos con equipaje de mano y desde Kilbeggan al aeropuerto solo hay una hora. Incluso tenemos margen para pararnos a repostar antes de devolver el coche de alquiler y, de paso, hacer unas últimas compras de queso irlandés para llevarnos a casa en el supermercado más cercano al aeropuerto. O ESO CREEMOS.

Total, llegamos a la oficina de alquiler de coches y nos encontramos con una cola alucinante de coches. Ni por asomo se nos había ocurrido que íbamos a encontrarnos con tanta espera en la devolución del coche (llamadnos temerarios o novatos). Va pasando el tiempo y a cada minuto nos parece más imposible llegar a coger el vuelo a tiempo. Con eso que le digo a Joan que compruebe el número de la terminal porque seguro que vamos a tener que correr. Y bueno, aquí es cuando nos damos cuenta que el vuelo no sale a las 20h40 sino a las 20h20 y ya son las 19h15. Aquí ya entro en pánico y me bajo del coche… Por suerte me atiende una chica súper amable que me indica que vistas las circunstancias, deje el coche a un lado y nos vayamos directos al shuttle bus.

Corremos para ver como el shuttle se va sin nosotros y tenemos que esperar al siguiente: 10 minutos de espera que se hacen eternos. Llegamos al aeropuerto y, por suerte, hay poca gente en el control de seguridad. ¿¿¿A lo mejor todavía tenemos tiempo de llegar??? Por desgracia, Joan pasa el control sin problemas y a mí me apartan la maleta, me hacen vaciar el contenido del neceser y se llevan todos los productos de aseo a «analizar». Estoy tan desesperada que le pregunto a la mujer si me puedo ir sin ellos, pero va a ser que me tengo que esperar. Ya de los nervios le digo a Joan que vaya a comprobar la puerta de embarque en las pantallas porque solo quedan 20 minutos para la salida y ¡ufff, el vuelo llega con una hora de retraso! Por primera y espero que última vez un retraso de avión me trae tanta alegría. ¡Qué suerte hemos llevado!

Al poco la mujer me devuelve mis trastos y ya, con toda la tranquilidad, vuelvo a empacar y nos vamos a esperar el vuelo. Al final, la hora de retraso se convierte en hora y media. A las 22h aproximadamente salimos hasta nuestro próximo destino: ¡Londres! En nuestra próxima ruta os contamos lo que hicimos en una semana en Inglaterra, nuestros itinerarios en Londres, nuestro día en los mágicos estudios de Harry Potter y nuestras visitas a Cambrige, Oxford, Salisbury y Stonehenge.

En resumen:

Ruta por Irlanda e Irlanda del Norte en 11 días

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4 pensamientos sobre “Día 11: Clonmacnoise y la destilería de Kilbeggan”

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